Monday, March 28, 2016

Jan van Eyrck. El Matrimonio Arnolfini. (1434)


Un Italiano en Brujas.


Una pareja vestida de manera aristocrática y lujosa en una estrecha habitación burguesa, en la que hay chanclas y zuecos dispersos aquí y allá. La coloca artísticamente doblada, reposa sobre el suelo de madera y no sobre las relucientes baldosas de mármol de palacio. “

El cuadro se pintó en 1434 en Brujas.

Brujas era un núcleo urbano comercial y muy famosa en su tiempo. Se basaba en la laboriosidad de sus ciudadanos, sobre todo en el comercio y en la industria textil de las ciudades flamencas.

El matrimonio Arnolfini es un exponente de la riqueza de Brujas,se evidencia en sus ropajes. El vestido de la esposa está adornado con armiño y la cuidada colocación de los pliegues hace pensar que fue ayudada por una camarera.

El esposo lleva una valiosa capa de terciopelo, olada o forrada de nutria o de marta.

Según los autores este señor no pertenece a la aristocracia y lo demuestran los zuecos de madera colocados delante de él, los mismos están reforzados para no ensuciarse al caminar por la calle y los grandes señores no necesitaban zuecos ya que se hacían llevar en una silla se mano o iban a caballo.

Los Arnolfini pertenecían a una familia de comerciantes de Lucca, que tenía en Brujas una delegaciòn;estaba entonces envuelto en un lujo aristocrático. En las ciudades – estado italianas se permitía a los burgueses habitar en palacios siempre que pudieran costearlos, se dice que sólo uno pudo haber costeado tal beneficio; era un italiano paisano de los Arnolfini, el representante del poderoso banco de los Médicis.

La habitación poseía alfombras orientales, una araña y un espejo, la parte superior de la ventana estaba acristalada y no le faltaban, sin embargo su habitación era estrecha como la de los burgueses y dominada por la cama, como en casi todas las estancias privadas; durante el día se recogían las cortinas y se sujetaban en la parte superior, era común sentarse en el borde de la cama y recibir visitas tumbado sobre ella.

En la pared del fondo de la habitación cuelga un espejo , situado en el eje central del cuadro, está adornado con diez medallones que representan las estaciones del Vía Crucis; un espejo de cristal era infrecuente en la casa de un burgués.

En este cuadro, el observador puede ver por el espejo las vigas del techo y una segunda ventana;por así decirlo, descubre en el espejo dos figuras que entran en la estancia.

La señora pone delicadamente la mano derecha sobre la mano izquierda de la esposa; el hombre levanta la otra mano como haciendo un juramento, ese es un significado importante y en la época de pintor eran indicios de una boda.

Cabe destacar que en el siglo XV no se necesitaban ni sacerdotes ni testigos, el acto se podìa realizar en cualquier parte, incluso en una estancia privada, no eran pues los sacerdotes que impartían el sacramento de matrimonio sino que eran los propios esposos. Hasta el concilio de Trento casi 100 años después no se instituyó el casamiento con sacerdote y testigos.
La presencia de testigos no era necesaria para el matrimonio pero era costumbre en caso de tener fortuna , la acreditación del contrato matrimonial escrito que reglamentaba las condiciones económicas y tenía que ser firmado por testigos. Es posible que aquí fuera importante ya que es un matrimonio de “mano izquierda”. El hombre toma a la mujer con la suya izquierda y no con la derecha, tal como era la costumbre. Entonces aquí vemos un matrimonio de esposos que procedían de distintas clases sociales.

La novia del cuadro tiene un bulto  que no alude a un embarazo sino que representa el ideal de belleza de esa época ( gótico tardío), al que también corresponde los pechos pequeños situados muy arriba.

La esposa del cuadro era probablemente muy joven. El monstruo tallado que se ve por encima de la mano forma parte de un banco situado en la pared del fondo, su apariencia como novia era la típica de la época del gótico.

Los hombres usaban turbantes enrollados o gorros cilíndricos de grandes dimensiones. Las manos del novio son tan blancas y cuidadas como las de la novia y sus hombros estrechos nos habla de que no usa la fuerza en ninguna actividad.

Por encima de la pareja cuelga una araña de metal y sólo hay una vela encendida en el candelabro y no existe una explicación práctica sobre el hecho.

En sí, la llama de la vela simboliza a Cristo “que todo lo ve y es testigo de las promesas nupciales. Por eso no eran demasiado necesario los testigos terrenales.”

Por debajo del brazo derecho de la araña hay una figurilla de madera que forma parte del alto del respaldo de una silla; representa a Santa Margarita, patrona de las parturientas , venciendo al dragón,esa silla está al lado de la cama. Tanto la vela,la figura tallada y la silla, encierran un simbolismo, pues para el pintor los objetos tenían la capacidad de hablar. El perro situado entre los esposos significa bienestar y felicidad. En las tumbas de la época se acostumbraba ubicar a los pies del hombre un león que simboliza la fuerza y el valor, en el de la mujer un perro. Al parecer según los autores se esperaba fidelidad conyugal por parte de la mujer.

El espejo inmaculado y las cuentas transparentes del rosario que cuelga de la pared, hacen alusión a la pureza de la dama.

Para los Hagen el cuadro de los Arnolfini pone de manifiesto una etapa de transición ya que se utiliza el lenguaje de las imágenes del arte sacro para representar un interior burgués en el que se desarrolla una acción que no incluye la presencia de Cristo ni relata nada sobre santos ni ,mártires sino sobre dos burgueses, un hombre y una mujer.

Las chanclas y los zuecos simbolizaban para la gente de la época lo que contenía una escritura del Antiguo Testamento: “No te acerques, quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es tierra sagrada .” Así le habló Dios a Moisés lo que significaría que cuando se contrae matrimonio el suelo se convertía en un lugar sagrado.

En el cuadro tiene especial significación la firma del pintor , no está modestamente situada abajo a la derecha sino que se destaca claramente entre el espejo y la araña.
Esto no era lo usual ya que no puso su firma y (lo hizo,lo pintó)sino que “fuit hic” ( estuvo allí, estuvo presente). “Esta formulación convierte el cuadro en documento . El pintor firma no como autor de la obra sino como testigo de la acción.

Material extraído de: “Los secretos de las obras de arte”.Rose- Marie y Rainer Hagen. de.Taschen.Colonia. (2005).











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