El Edicto de Milán supuso transformaciones, el
cristianismo fue la religión oficial del
Estado aunque el emperador ha perdido el carácter divino, está
consagrado, es el vicario de Cristo en la tierra.
La basílica paleocristiana.
Debido al
incremento de fieles en el imperio surgió la necesidad de la construcción de
grandes espacios cerrados. Constantino hizo donación al obispo de Roma,
probablemente en el año 313, del palacio lateranense e hizo construir, muy
cerca la catedral de Roma, San Juan de Letrán, cuyas obras se iniciaron
posiblemente en el 313.
Se
necesitaba un modelo para estos nuevos edificios, los cristianos no quisieron
usar los templos paganos aun cuando fueran amplios, por considerarlos indignos
y aborrecibles.
La solución
fue la basílica romana, que había proliferado en todas las ciudades romanas. En
principio no había uniformidad estricta
en cuanto al plano. Muchas de ellas, algunas muy grandes eran sencillas
salas, carentes de naves laterales, la mayoría tenían acceso por uno de sus
lados y ábsides en los extremos; pronto se llegó a la conclusión que el ábside
era ideal para instalar la cátedra episcopal, reservado al clero. La primitiva
mesa portátil fue sustituida por un altar fijo, que debía de ser bien
visible y accesible a todos los fieles en el momento de comunión. La doble
filas de columnas situada a ambos lados de la nave central, jugaba un doble
papel, por un lado dramatizar la procesión de los fieles que se aproximan al
altar y recibir la eucaristía y separar, mediante unas cortinas que colgaban
entre columna y columna, a los catecúmenos de los bautizados que tenían el
privilegio de presenciar la misa.
Las
columnas sostenían una elevada pared en las que estaban abiertos muchos vanos, el techo generalmente era de madera. Se necesitaron muchas columnas por la
cantidad de construcciones en la época de Constantino, se instalaron muchas
columnas de otros monumentos antiguos, sin preocuparse por la unidad de estilo,
ni color, ni tamaño; a veces se colocaban juntas columnas de mármol y de
granito o capiteles corintios con jónicos y en otras ocasiones los capiteles
eran muy grandes en relación a las columnas.
La Basílica
de San Pedro fue la más grande en la época de Constantino y de toda la
cristiandad. Difería de la mayoría por su tamaño y porque combinaba la basílica
con el martyrium.
El ábside albergaba como reliquia la tumba de San Pedro bajo un dosel de mármol
apoyado sobre cuatro columnas salomónicas de mármol. Se construyó
perpendicularmente a la nave, un gran espacio, el transepto para facilitar el
pasaje de visitantes y antes del transepto se hallaba el arco triunfal,
característico de todas las basílicas
cristianas.
El altar, situado en un lugar destacado de la nave, debía ser todavía
transportable.Las columnas de diferentes colores y materiales servían de
soporte para un entablamento recto.
La Basílica
tenía naves laterales dobles separadas entre sí por arcos.
El edificio
no estaba terminado cuando murió Constantino en el año 337.
No se sabe
qué tipo de decoración mural tenía, los frescos que cubrían las paredes de la
nave, cortados por los vanos, fueron realizadas en el siglo V.
Ninguna de las basílicas del tiempo de
Constantino se conserva en su estado original. La iglesia de San Pedro fue
derribada tramo a tramo en la época del Renacimiento y reemplazada por un
edificio nuevo.
El
peregrino que llegaba ante la basílica de San Pedro, se encontraba con la pared
exterior ciega del atrio- en realidad un gran patio porticado-, después
traspasaba el nártex o vestíbulo y finalmente accedía a la nave decorada con
columnas y frescos, muchas lámparas, ricos paños litúrgicos, vasos de plata y
oro para la misa y contemplaba a los sacerdotes revestidos con maravillosos
ropajes; nada recordaba la simplicidad de los primeros tiempos del cristianismo.
Basílica
de San Pedro. Roma. 400 d.c
La única que tiene el aspecto originario es
Santa Sabina, excepcionalmente el
conjunto de sus columnas corintias tiene una gran unidad, aunque su procedencia
fuera como de costumbre el expolio.
La Planta central: Presenta variaciones según
las necesidades, la finalidad del edificio y las tradiciones locales, también
se utilizó una distribución diferente: el plano circular.
La iglesia
paleocristiana circular generalmente estaba rodeada de un deambulatorio, necesario
para las peregrinaciones y procesiones ceremoniales.
En Santa Constanza la decoración original de
mosaicos todavía se conserva en la bóveda del cañón deambulatorio, aunque ha
desaparecido de la parte central de la iglesia. Las columnas geminadas de
granito crean un intenso efecto de espacio centralizado, como los radios de un
círculo, efecto que se ve acentuado por la curvatura del entablamento.
El Plano
circular posibilita variantes, como su expansión por ábsides radiales en el
siglo VI, o como su combinación con una basílica.
Planta
de Santa Constanza. Hacia el año 350 d.c.Roma.
Mosaicos.
Al construir las nuevas iglesias se renunció a la
arquitectura ornamentaría, tan cara a los romanos y casi a la escultura
monumental.
Las nuevas iglesias carecían de frontones, acroteras y
metopas, lugares idóneas para la colocación de estatuas y relieves y cuando
había frisos tampoco estaban dorados.
Los cristianos tampoco tenían predilección por relieves
que quedaron relegados a un segundo plano como los sarcófagos y la eboraria.
Las paredes se dejaban lisas para luego decorarla con narraciones de la nueva
religión. Los frescos que decoraban los
muros han desaparecido por completo, pero se usó una técnica alternativa: el
mosaico que los romanos usaron en lugares donde el desgaste o el agua lo requerían: suelos, fuentes y
estanques. Son cubos de piedra de diferentes colores –teselas-para hacer sus
mosaicos, con los cuales hacían un suelo muy fuerte, pero la gama de colores
era bastante limitada.
Los artistas paleocristianos prefirieron un fondo
abstracto, al principio un cielo azul radiante y posteriormente dorado, por su
efecto trascendental.
Cuando se requería un paisaje o unos elementos
arquitectónicos, éstos se reducían a vagas sugerencias o se esquematizaban.
El primer mosaico cristiano a gran escala es el que cubre
la semicúpula del ábside de San Pedro, en Roma, utilizando teselas de mármol.
El original se perdió con la destrucción de la basílica en el siglo XVI.
Cristo está en su trono, sentado en el centro,
bendiciendo con la mano derecha y sosteniendo el libro de los evangelios en la
mano izquierda. Lleva barba y cabellos largos, y hay una serie de inscripciones escritas en griego; el artista pudo ser de Constantinopla.
El cestón semicircular que hay encima del Cristo
simboliza el tabernáculo celestial y a ambos lados crecen palmeras,
simbolizando su victoria. Por debajo del trono fluyen los cuatro ríos del
Paraíso, de los que beben los ciervos como símbolos del alma humana. (salmo42).
A ambos lados de la parte inferior aparecen dos ciudades,
llamadas Jerusalén y Belén;las que doce ovejas que representan los doce
apóstoles, se dirigen hasta el trono central sobre el cual aparece el cordero
de Dios.
Las dos ciudades fueron rehechas en el siglo XIII por el papa
Inocencio III, quien añadió su figura y la de la iglesia romana, así como una
serie de inscripciones en latín.
Ábside de San Pedro. Roma.
Los primeros cristianos también usaron piezas de vidrio,
y este sencillo cambio alumbró de pronto a todo un mundo nuevo de brillantes
colores. Usaron muy bien el oro para dar
luz e iluminar grandes superficies.
También este tipo de fondos se caracterizó en el arte
bizantino y en el gótico de los primeros italianos.
Las teselas de vidrio se colocaban presionándolas un poco
sobre el yeso blando, siguiendo los dibujos previos minuciosamente detallados.
Es precisamente la falta de exactitud de la técnica del
vidrio dorado lo que hace que los fondos de oro de los mosaicos tengan un
aspecto más resplandeciente que los de las imitaciones modernas, estrictamente
uniformes.
El manuscrito iluminado.
La
iluminación de los manuscritos, que eran los únicos libros existentes en Europa
hasta el descubrimiento de la imprenta en el siglo XV, fue además de la
decoración mural, el otro gran campo de expresión de pintura, según Hartt.
Los
manuscritos egipcios estaban escritos en grandes rollos llamados rotuli y éstos
habían sido adoptados por griegos y romanos. Los rotuli estaban enrollados
sobre dos ejes y sólo se podían ver dos o tres columnas verticales en cada
fase. Los griegos y romanos eran ilustrados cuando era muy necesario. Los
cristianos eran las Gentes del Libro y siempre debían recurrir a la búsqueda de
versículos y verificarlas relaciones proféticas entre libros con el Evangelio.
También necesitaban libros para su liturgia y el rótulo no podía ser desplegado
más que por nueve metros, por tanto cada obra griega o romana debía ser dividida en número de rotuli, es por eso que se comenzó a copiar versículos en tabletas
finas, unidas entre sí por su parte posterior. Este material, cuyo nombre
es corrupción de Pergamon, que fue
inventado en el siglo II a.c; consistía en pieles de animales jóvenes,
especialmente de corderos, becerros y cabritos cuidadosamente raspados, lavados
y secados hasta lograr una gran blancura, apto para conservarse en la múltiples
liturgias.
Escultura
En el
período paleocristiano se produjo poca escultura monumental y se conservan
pocas obras. Se tallaron muchos sarcófagos de mármol.
El
Sarcófago de Junio Basso, se hizo para un hombre que murió en 359.Se narran en
él dos historias divididas en diez escenas, compartimentadas mediante pesadas
columnas corintias cuyos fustes tienen estrías helicoidales, que sirven de
apoyo a nichos, entablamentos y frontones, derivada del repertorio de la
arquitectura teatral romana. De arriba abajo y de izquierda a derecha las
escenas se leen así: El sacrificio de Isaac, el prendimento de Pedro, Cristo
entronizado entre Pedro y Pablo, Cristo ante Pilatos,(ocupa dos compartimentos,
Job en el estercolero, la tentación de Adán y Eva, la entrada de Cristo en Jerusalén, Daniel en la cueva de los leones y Pablo conducido al Martirio.
Las
pequeñas figuras de pie o sentadas siempre presentan el mismo talante pacífico
con independencia del apasionamiento de la narración bíblica.
El tema
simbólico es pues, la victoria cristiana sobre el dolor y la muerte. En el
compartimento central superior está Cristo triunfante sobre los cielos y la
tierra.
En otros
compartimentos Pedro y Pablo aparecen sin miedo frente a lo que les espera, tal
como Cristo ante Pilatos. Adán y Eva representan la muerte a través del pecado.
Cualquier cristiano instruido podía leer las escenas en cualquier orden y
deducir el mismo significado y que la victoria sobre la muerte ya estaba
anunciada en el Antiguo Testamento, que el hombre triunfará sobre la muerte,
como no la temieron Pedro y Pablo.
En placas
de marfil también se tallaron diversas escenas como las Tres Marías camino al
sepulcro, la mañana del día de pascuas; la figura del Ángel que, plena de
autoridad, anuncia que el señor ha resucitado y está relacionada visualmente
con la de Cristo.
En la parte
superior derecha en forma primitiva está la Ascensión del señor: Cristo
asciende por la mano de Dios Padre, que aparece entre las nubes, mientras que
los dos apóstoles aterrados se inclinan hacia la tierra.
Extraído:
Hartt,F. (1989). Arte.Historia de la Pintura.Escultura-Arquitectura. Ed.Akal. Madrid.
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