Tuesday, September 8, 2015

La Época de Constantino.


El Edicto de Milán supuso transformaciones, el cristianismo fue la religión oficial del  Estado aunque el emperador ha perdido el carácter divino, está consagrado, es el vicario de Cristo en la tierra.

La basílica paleocristiana.

Debido al incremento de fieles en el imperio surgió la necesidad de la construcción de grandes espacios cerrados. Constantino hizo donación al obispo de Roma, probablemente en el año 313, del palacio lateranense e hizo construir, muy cerca la catedral de Roma, San Juan de Letrán, cuyas obras se iniciaron posiblemente en el 313.

Se necesitaba un modelo para estos nuevos edificios, los cristianos no quisieron usar los templos paganos aun cuando fueran amplios, por considerarlos indignos y aborrecibles.

La solución fue la basílica romana, que había proliferado en todas las ciudades romanas. En principio no había uniformidad estricta  en cuanto al plano. Muchas de ellas, algunas muy grandes eran sencillas salas, carentes de naves laterales, la mayoría tenían acceso por uno de sus lados y ábsides en los extremos; pronto se llegó a la conclusión que el ábside era ideal para instalar la cátedra episcopal, reservado al clero. La primitiva mesa portátil fue sustituida por un altar fijo, que debía de ser bien visible y accesible a todos los fieles en el momento de comunión. La doble filas de columnas situada a ambos lados de la nave central, jugaba un doble papel, por un lado dramatizar la procesión de los fieles que se aproximan al altar y recibir la eucaristía y separar, mediante unas cortinas que colgaban entre columna y columna, a los catecúmenos de los bautizados que tenían el privilegio de presenciar la misa.

Las columnas sostenían una elevada pared en las que estaban abiertos muchos vanos, el techo generalmente era de madera. Se necesitaron muchas columnas por la cantidad de construcciones en la época de Constantino, se instalaron muchas columnas de otros monumentos antiguos, sin preocuparse por la unidad de estilo, ni color, ni tamaño; a veces se colocaban juntas columnas de mármol y de granito o capiteles corintios con jónicos y en otras ocasiones los capiteles eran muy grandes en relación a las columnas.

La Basílica de San Pedro fue la más grande en la época de Constantino y de toda la cristiandad. Difería de la mayoría por su tamaño y porque combinaba la basílica con el martyrium. 
El ábside albergaba como reliquia  la tumba de San Pedro bajo un dosel de mármol apoyado sobre cuatro columnas salomónicas de mármol. Se construyó perpendicularmente a la nave, un gran espacio, el transepto para facilitar el pasaje de visitantes y  antes del transepto se hallaba el arco triunfal, característico de todas las  basílicas cristianas.
El altar, situado en un lugar destacado de la nave, debía ser todavía transportable.Las columnas de diferentes colores y materiales servían de soporte para un entablamento recto.

La Basílica tenía naves laterales dobles separadas entre sí por arcos.
El edificio no estaba terminado cuando murió Constantino en el año 337.
No se sabe qué tipo de decoración mural tenía, los frescos que cubrían las paredes de la nave, cortados por los vanos, fueron realizadas en el siglo V.
 Ninguna de las basílicas del tiempo de Constantino se conserva en su estado original. La iglesia de San Pedro fue derribada tramo a tramo en la época del Renacimiento y reemplazada por un edificio nuevo.

El peregrino que llegaba ante la basílica de San Pedro, se encontraba con la pared exterior ciega del atrio- en realidad un gran patio porticado-, después traspasaba el nártex o vestíbulo y finalmente accedía a la nave decorada con columnas y frescos, muchas lámparas, ricos paños litúrgicos, vasos de plata y oro para la misa y contemplaba a los sacerdotes revestidos con maravillosos ropajes; nada recordaba la simplicidad de los primeros tiempos del cristianismo.



Basílica de San Pedro. Roma. 400 d.c


 La única que tiene el aspecto originario es Santa Sabina, excepcionalmente  el conjunto de sus columnas corintias tiene una gran unidad, aunque su procedencia fuera como de costumbre el expolio.

 La Planta central: Presenta variaciones según las necesidades, la finalidad del edificio y las tradiciones locales, también se utilizó una distribución diferente: el plano circular.

La iglesia paleocristiana circular generalmente estaba rodeada de un deambulatorio, necesario para las peregrinaciones y procesiones ceremoniales.

 En Santa Constanza la decoración original de mosaicos todavía se conserva en la bóveda del cañón deambulatorio, aunque ha desaparecido de la parte central de la iglesia. Las columnas geminadas de granito crean un intenso efecto de espacio centralizado, como los radios de un círculo, efecto que se ve acentuado por la curvatura del entablamento.
El Plano circular posibilita variantes, como su expansión por ábsides radiales en el siglo VI, o como su combinación con una basílica.




Planta de Santa Constanza. Hacia el año 350 d.c.Roma.

Mosaicos.

Al construir las nuevas iglesias se renunció a la arquitectura ornamentaría, tan cara a los romanos y casi a la escultura monumental.
Las nuevas iglesias carecían de frontones, acroteras y metopas, lugares idóneas para la colocación de estatuas y relieves y cuando había frisos tampoco estaban dorados.

Los cristianos tampoco tenían predilección por relieves que quedaron relegados a un segundo plano como los sarcófagos y la eboraria. Las paredes se dejaban lisas para luego decorarla con narraciones de la nueva religión. Los frescos  que decoraban los muros han desaparecido por completo, pero se usó una técnica alternativa: el mosaico que los romanos usaron en lugares donde el desgaste  o el agua lo requerían: suelos, fuentes y estanques. Son cubos de piedra de diferentes colores –teselas-para hacer sus mosaicos, con los cuales hacían un suelo muy fuerte, pero la gama de colores era bastante limitada.

Los artistas paleocristianos prefirieron un fondo abstracto, al principio un cielo azul radiante y posteriormente dorado, por su efecto trascendental.
Cuando se requería un paisaje o unos elementos arquitectónicos, éstos se reducían a vagas sugerencias o se esquematizaban.

El primer mosaico cristiano a gran escala es el que cubre la semicúpula del ábside de San Pedro, en Roma, utilizando teselas de mármol. El original se perdió con la destrucción de la basílica en el siglo XVI.

Cristo está en su trono, sentado en el centro, bendiciendo con la mano derecha y sosteniendo el libro de los evangelios en la mano izquierda. Lleva barba y cabellos largos, y hay una serie de inscripciones  escritas en griego; el artista pudo ser de Constantinopla.

El cestón semicircular que hay encima del Cristo simboliza el tabernáculo celestial y a ambos lados crecen palmeras, simbolizando su victoria. Por debajo del trono fluyen los cuatro ríos del Paraíso, de los que beben los ciervos como símbolos del alma humana. (salmo42).

A ambos lados de la parte inferior aparecen dos ciudades, llamadas Jerusalén y Belén;las que doce ovejas que representan los doce apóstoles, se dirigen hasta el trono central sobre el cual aparece el cordero de Dios.
 Las dos ciudades fueron rehechas en el siglo XIII por el papa Inocencio III, quien añadió su figura y la de la iglesia romana, así como una serie de inscripciones en latín.




                                   Ábside de San Pedro. Roma.

Los primeros cristianos también usaron piezas de vidrio, y este sencillo cambio alumbró de pronto a todo un mundo nuevo de brillantes colores. Usaron muy bien el oro para  dar luz  e iluminar grandes superficies.
También este tipo de fondos se caracterizó en el arte bizantino y en el gótico de los primeros italianos.
Las teselas de vidrio se colocaban presionándolas un poco sobre el yeso blando, siguiendo los dibujos previos minuciosamente detallados.
Es precisamente la falta de exactitud de la técnica del vidrio dorado lo que hace que los fondos de oro de los mosaicos tengan un aspecto más resplandeciente que los de las imitaciones modernas, estrictamente uniformes.

El manuscrito iluminado.

La iluminación de los manuscritos, que eran los únicos libros existentes en Europa hasta el descubrimiento de la imprenta en el siglo XV, fue además de la decoración mural, el otro gran campo de expresión de pintura, según Hartt.

Los manuscritos egipcios estaban escritos en grandes rollos llamados rotuli y éstos habían sido adoptados por griegos y romanos. Los rotuli estaban enrollados sobre dos ejes y sólo se podían ver dos o tres columnas verticales en cada fase. Los griegos y romanos eran ilustrados cuando era muy necesario. Los cristianos eran las Gentes del Libro y siempre debían recurrir a la búsqueda de versículos y verificarlas relaciones proféticas entre libros con el Evangelio. También necesitaban libros para su liturgia y el rótulo no podía ser desplegado más que por nueve metros, por tanto cada obra griega o romana debía ser dividida en número de rotuli, es por eso que se comenzó a copiar versículos en tabletas finas, unidas entre sí por su parte posterior. Este material, cuyo nombre es  corrupción de Pergamon, que fue inventado en el siglo II a.c; consistía en pieles de animales jóvenes, especialmente de corderos, becerros y cabritos cuidadosamente raspados, lavados y secados hasta lograr una gran blancura, apto para conservarse en la múltiples liturgias.

Escultura

En el período paleocristiano se produjo poca escultura monumental y se conservan pocas obras. Se tallaron muchos sarcófagos de mármol.

El Sarcófago de Junio Basso, se hizo para un hombre que murió en 359.Se narran en él dos historias divididas en diez escenas, compartimentadas mediante pesadas columnas corintias cuyos fustes tienen estrías helicoidales, que sirven de apoyo a nichos, entablamentos y frontones, derivada del repertorio de la arquitectura teatral romana. De arriba abajo y de izquierda a derecha las escenas se leen así: El sacrificio de Isaac, el prendimento de Pedro, Cristo entronizado entre Pedro y Pablo, Cristo ante Pilatos,(ocupa dos compartimentos, Job en el estercolero, la tentación de Adán y Eva, la entrada de Cristo en Jerusalén, Daniel en la cueva de los leones y Pablo conducido al Martirio.

Las pequeñas figuras de pie o sentadas siempre presentan el mismo talante pacífico con independencia del apasionamiento de la narración bíblica.
El tema simbólico es pues, la victoria cristiana sobre el dolor y la muerte. En el compartimento central superior está Cristo triunfante sobre los cielos y la tierra.
En otros compartimentos Pedro y Pablo aparecen sin miedo frente a lo que les espera, tal como Cristo ante Pilatos. Adán y Eva representan la muerte a través del pecado. Cualquier cristiano instruido podía leer las escenas en cualquier orden y deducir el mismo significado y que la victoria sobre la muerte ya estaba anunciada en el Antiguo Testamento, que el hombre triunfará sobre la muerte, como no la temieron Pedro y Pablo.

En placas de marfil también se tallaron diversas escenas como las Tres Marías camino al sepulcro, la mañana del día de pascuas; la figura del Ángel que, plena de autoridad, anuncia que el señor ha resucitado y está relacionada visualmente con la de Cristo.
En la parte superior derecha en forma primitiva está la Ascensión del señor: Cristo asciende por la mano de Dios Padre, que aparece entre las nubes, mientras que los dos apóstoles aterrados se inclinan hacia la tierra.






Extraído: 
Hartt,F. (1989). Arte.Historia de la Pintura.Escultura-Arquitectura. Ed.Akal. Madrid.

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