Thursday, September 10, 2015

La Época de Justiniano


El siglo fue para el Imperio Romano de Occidente un periodo de desastres casi continuos. Roma fue saqueada en el 410 por los visigodos, un pueblo germánico dirigido por Alarico y amenazada en el 452 por los hunos, ruda nación mongola, dirigida por su rey Atila, que murió de repente en el 453.

Los vándalos (germánicos) saquearon Roma por segunda vez, en el 455 y quedó casi como una ciudad –provincia.

En el 493 el jefe ostrogodo Teodorico arrebató Ravenna a Odoacro, líder de los visigodos, e intentó poner orden en medio del caos. Convirtió a Ravenna en la capital de su nuevo y efímero reino  de Italia y estableció allí su corte. Pero luego de su muerte en el 546, su reino desapareció y Justiniano I que reinó en el 527 -565 , accedió al trono del Imperio Romano de Oriente, que a partir de ahí podemos llamar Bizantino. Los gobernantes bizantinos aunque hablaban griego y eran los custodios de la cultura griega, se consideraban los herederos legales del Imperio Romano y se autoproclamaban romanos. Justiniano se dedicó a defender el imperio contra los hunos, los eslavos, los partos en el Este y en el Oeste defender a Italia de las vándalos y los ostrogodos.

Al igual que Constantino, Justiniano tuvo el control de la Iglesia en Oriente, especialmente con el dogma y la extirpación de las herejías; con los visigodos y los ostrogodos los obispos tenían cierta independencia  con respecto al poder secular y esa independencia estimuló el poder papal para imponer su supremacía, sobre todo el papa Gelasio I (492-496) que llegó a proclamar la supremacía de la Iglesia sobre el poder imperial.

En el 529 San Benito de Nursia fundó la gran orden que lleva su nombre, (la orden benedictiana) regida desde la abadía de Monte Casino, situada en el sur de Italia, se convirtió en el motor de la reforma y disciplina monástica, a la vez que asumió la responsabilidad de la transmisión de la herencia de los conocimientos clásicos de la Edad Media.

Ravenna.

Durante los años del reino ostrogodo y primeras épocas del gobierno bizantino Ravenna se enriqueció con nuevos monumentos eclesiásticos  que fueron construidos con ladrillo local y adornados con columnas de mármoles de colores. 

San Vital de Ravenna fue construida  entre los años 525-547, el mortero no se usó seguramente a causa de lo difícil que era conseguir madera  para los moldes y las cimbras en aquellas circunstancias políticas-económicas que caracterizaban la Alta  Edad Media. 
La Iglesia de San Vital tiene forma octogonal, uniformidad de sus paredes de ladrillo que se alzan hasta la cubierta del segundo piso, solo está interrumpida por los arcos de las ventanas y contrafuertes. La linterna octogonal central es sencilla, pero examinando bien las paredes interiores son las octogonales. El espacio central está rodeado, en la planta más baja por un deambulatorio y en la parte superior por una galería. En los ocho ángulos interiores del deambulatorio, poderosos estribos sostienen los arcos menores del deambulatorio y de la galería. Estos arcos son cóncavos con respecto al espacio central y forman a partir de él, algo así como ábsides transparentes; el octavo da lugar al presbiterio con su altar central. La linterna tampoco es octogonal, una especie de pechinas duplican el número de lados del tambor de 8 a 16.

Entrando a la iglesia a través del nártex, el fiel entra en el deambulatorio y luego en el espacio central complejo, amplio, pleno de luz, procedente de las ocho ventanas de la linterna. Las columnas son de mármol veteado y cada estribo está cubierto de mármol hasta el punto de arranque  de los arcos menores. Los capiteles son diferentes, tienen cestos  con una decoración inciso superficial a la base  de parras entrelazadas, posteriormente pintadas, lo que les da un aspecto más rico y complicado. Todas las piezas de mármol proceden de Oriente, donde Teodorico había pasado diez años de rehén.


Todo el presbiterio- ábside, paredes laterales, lunetas, jambas, arcos, 
bóvedas- están cubiertos de mosaicos de oro y brillantes colores. Los temas, procedentes del Antiguo Testamento, prefiguran el sacrificio eucarístico. Por ejemplo al mirar a través del presbiterio delante del altar, vemos en una luneta del arco, bajo los dos ángeles que llevan la cruz en un medallón de oro, dos escenas de la historia de Abraham. En la Izquierda Abraham, lleva  a los tres ángeles; en la derecha prepara al sacrificio a su hijo Isaac, que parece predecir el sacrificio de Cristo. Isaac aparece en la media cúpula del ábside, joven y sin barba, vestido con la púrpura y el oro imperiales, entronizando sobre el orbe celestial y flanqueado por dos ángeles de pie vestidos con túnica blanca, de los cuales uno representa a San Vital, y el otro al obispo Ecclesius. San Vital, eleva sus manos cubiertas por un paño bordado de oro, para recibir una corona de Cristo. El obispo Ecclesius, que empezó la construcción de la iglesia, sostiene en sus manos una maqueta de la misma, inexacta y deliciosa. De las rocas situadas al fondo brotan los cuatro ríos del paraíso. Las rocas, las flores, los ríos e incluso las figuras son muy convencionales. Bajo los pliegues de sus paños, pesados tubulares se esfuma la estructura corpórea  de las figuras, cuyos pies no parecen descansar en el suelo y cuya mirada está fijada en la lejanía como por encima y a través de nosotros. Cristo también parece estar suspendido y no sobre el suelo. La mayor parte de la obra se terminó antes de la conquista de Bizancio, en 1540.






En las paredes laterales del presbiterio hay dos mosaicos imperiales. A la izquierda del altar, el  emperador Justiniano, flanqueado por dignatarios, soldados y sacerdotes, a la derecha la emperatriz Teodora, en medio de sus damas que  contemplan serenamente  al espectador, mientras presentas sus ofrendas a Cristo, situado en la media cúpula superior, sin dirigir hacia él la mirada.
 Se ha tratado de relacionar esas escenas con las procesiones de Constantinopla, pero Teodora no participó de ellas.

 Justiniano y sus ayudantes están sobre un color verde pálido, sobre el fondo dorado. Tanto el cuenco como el cáliz está visiblemente vacíos y tanto Justiniano como Teodora nunca vieron Ravenna. 

Los rostros son retratos  muy ajustados, enviados seguramente desde Constantinopla. Tienen ambos un halo dorado con bordes rojos, como el de San Vital, aunque resulta que Teodora era cortesana, pero como emperatriz trató de erradicar la prostitución por considerarla degradante hacia la mujer.

 El emperador se presenta como vicario  de Cristo en la tierra, y la emperatriz como compañera por orden divina.


Teodora le salvó quince años antes, ya que Justiniano iba a huir para salvar su vida ante sus enemigos.

Teodora murió de cáncer en el 548.




Constantinopla.

Justiniano, luego de la revuelta del año 532 emprendió un ambicioso programa de reconstrucción de las iglesias en la devastada capital y, entre ellas, la basílica  de Santa Sofía  (Santa Sabiduría) que había sido incendiada hasta los cimientos. Llamó a matemáticos para la construcción de la iglesia y que no tuviera que ver con la basílica tradicional, ellos eran  Artemio de Tralles e Isidoro de Mileto.

Su planta combina el eje tradicional típico de una basílica con una distribución de elementos centralizada. En los ángulos de un área de cien pies bizantinos cuadrados se elevan cuatro estribos de veintiún metros y medio de altura sobre los que se apoyan cuatro grandes arcos. Estos arcos están conectados mediante pechinas o triángulos esféricos cóncavos. Los extremos superiores de las pechinas se unen formando un círculo continuo sobre el que descansa, perfectamente encajada, la cúpula.

La cúpula se Santa Sofía tiene la forma de una semiesfera rebajada y está compuesta por cuarenta nervios que se unen en el centro. El crucero, de sección cuadrada, se prolonga en los lados este y oeste, mediante semicírculos que están cubiertos por semicúpulas, hasta las ábsides, agrupadas de tres en tres en torno de los semicírculos y coronados en semicúpulas más pequeñas, los matemáticos, lograron hacer las cúpulas con ladrillos unidos por los extremos.

Se accede al edificio por un nártex cubierto con bóveda de arista y a través de una puerta situada en el lado opuesto al ábside oriental, que cobijaba el altar. Las naves laterales y las galerías situadas sobre ellas también están cubiertas de bóvedas de arista.
Se levantaron enormes contrafuertes (masas de mampostería sólida), claramente visibles desde el exterior. Los minaretes fueron construidos después  por los turcos, convirtiendo la iglesia  en mezquita.

 Tiene una cantidad de ventanas que iluminan el templo, y tenían vidrios de color, hay una impresión de ingravidez.

El significado de la luz en Santa Sofía puede entenderse tan sólo en términos simbólicos. San Juan 1:4-9 “yo soy la luz del mundo”.

El templo dedicado a la sabiduría, que se creía manifestada en la virgen María, madre de Dios.

En cuanto a los emperadores vicarios de Cristo, no renunciaron a su esplendor sobrenatural.

Las mujeres y los catecúmenos confinados en las galerías, sólo podían tener una vista fragmentaria del vasto interior.

La iglesia fue terminada en el 537 después de sólo cinco años de trabajo, Justiniano dijo : “¡Salomón te he vencido!”

El empuje de la cúpula luego cedió y se hundió en el 558, la cúpula nueva se terminó en el 563 y era más alta que la original.



Extraído: 
Hartt, F. (1989). Arte.Historia de la Pintura.Escultura-Arquitectura. Ed. Akal. Madrid.

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