Sunday, November 29, 2015

Iglesia de San Vital de Rávena y la Iglesia de Santa Sofía.


Rávena era la sede del representante del emperador en occidente.

“En el santuario, un panel de mosaico representa a Justiniano, dotado de la púrpura y la diadema imperiales así como el nimbo de un santo cristiano. En su mano sostiene la patena como símbolo de su participación en el sacramento de la misa, llamado Eucaristía en la Iglesia oriental, estaba rodeado por su ejército y religiosos: él gobierna con la espada y con el libro de la Biblia, como emperador romano y como cabeza de la Iglesia. Es el mismo responsable ante Cristo, que está representado en el ábside, entronizado sobre el globo terráqueo  y acompañado por ángeles y santos locales, en el acto de recibir del obispo de Rávena una maqueta de esta misma iglesia como ofrenda.”

Así describe Spiro Kostof a la Iglesia de San Vital de Rávena, donde la figura del emperador es resaltada como representante   de Cristo.








La planta está dispuesta centralizadamente, hay ocho pilares en forma de cuña que sostienen sobre un alto el tambor. Este núcleo está dentro de un segundo octógono, de aproximadamente dos pisos de altura, qué asciende hasta el nivel de la base del tambor, según el autor este es el esquema del martirium, la novedad de San Vital, consiste en contrarrestar el sentido de la elevación con una acentuada direccionalidad longitudinal hacia el ábside, establecida por un atrio de entrada y un presbiterio muy profundo.

La nave central es un espacio luminoso y alto que se prolongaba al corredor circundante, tanto en el nivel bajo como en el superior la galería se divide por núcleos de tríos de arcos.

La técnica constructiva es muy sencilla con ladrillos, y la cúpula, está construida de tubos huecos de terracota unidos, su diseño general está relacionado con la tradición occidental.


De todas maneras tiene cierta dependencia con respecto a Constantinopla en  los fustes y capiteles de columnas importados y por la integración del emperador  en la decoración.


                     Iglesia San Vital de Rávena





Santa Sofía.

La Iglesia está consagrada a Cristo como la Sabiduría Divina.
Kostof la describe:

”(…) la basílica congregacional se fundió con una supersetructura abovedada, pero no se permitió a ninguna de ellas dominar sobre la otra. Los arquitectos Antemio e Isidoro aseguraron el flujo hacia el presbiterio empleando muros pantalla entre la nave central y las laterales y la galería superior (…) la iglesia entra en un sistema magnífico de bóvedas de altura ascendente. Cuatro amplios arcos sostienen por encima de ellos una cúpula central de ladrillo  que está suspendida a unos 50 metros  sobre el suelo.
Su base es una franja de luz conseguida con cuarenta ventanas de medio punto. Al este y al oeste hay semicúpulas más bajas, una de ellas hacia el presbiterio y otra hacia el vestíbulo de entrada. Unos nichos columnados de  dos pisos (…).”



La cúpula de Santa Sofía no se erigió para señalar un objeto de veneración, la idea de coronar con una cúpula, estaba relacionada con la santidad del edificio entero, como una analogía terrena del cielo. No hacía uso de  figuras decorativas.

 Así como en el tiempo de Salomón o David, era Dios  quien se encargaba de la arquitectura.

Un historiador de la corte de Justiniano, Procopius, habla del papel jugado por Dios en la planificación de Santa Sofía:

” Cuando uno entra  en esta iglesia a rezar, entiende de golpe que no ha sido realizada gracias a ningún poder  o habilidad humana, sino que esta obra ha sido tan bellamente labrada por influencia de Dios. Y así su mente se eleva hacia Dios exaltado, sintiendo que El no puede estar lejos, no puede sino fascinarle de un modo especial habitar este lugar que El ha escogido.”



Las columnas, antes empleadas como flexibles árbitros de humanismo arquitectónico, están ahora insertadas en el tapiz de muros. Se ve también absorbido el usuario individual, pues la escala es teocrática y opuesta a la escala humanística  de la arquitectura clásica; la persona se siente transportado por el edificio.



Iglesia realizada en el siglo VI sobre otra anterior de formas paleocristianas occidentales, por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, mecenados por Justiniano. Estambul.







PLANTA.

 Toda la construcción se inscribe en un rectángulo al que precede, como es normal en el arte bizantino, un doble nártex.

El interior se encuentra dividido en tres naves, siendo la central de doble anchura que las laterales. Su división se realiza a través de columnas y grandes pilares. El ábside central se encuentra flanqueado por una pareja de ábsides secundarios que vuelven a repetirse en los pies de la iglesia.





ALZADO. 

 Se encuentra en gran parte condicionado a la sujeción de la gran cúpula central. Para su apoyo se crean cuatro parejas de grandes machones sobre los que se alzan las pechinas. Al exterior, estos machones se convertirán en gigantescos contrafuertes.




CUBIERTA. 

Sumamente original, siendo el eje de toda la construcción. El centro se cubre con una gran cúpula semiesférica construida con materiales muy ligeros . Se encuentra dividida por nervios que separan gallones cóncavos (cúpula de gajos), abriéndose en su base una línea de 40 ventanas que consigue hacerla flotar ópticamente sobre el edificio a la vez que lo inunda de luz.





En esta segunda planta se colocan dos tribunas (una para hombres y otra para mujeres) en las que se colocaba el pueblo, que debía intuir las procesiones interiores tras cortinajes de columnas.


Sus apoyos se realizan a través de cuatro  pechinas (triángulos curvos) que apean sobre los cuatro grandes machones que la rodean. Los empujes producidos por estas pechinas  se recogen (hacia los lados largos) por dos grandes arcos de refuerzo que unen los machones en el exterior. En sentido longitudinal, el peso se traslada hacia dos medias cúpulas que se apoyan, a su vez, en las exedras o ábsides laterales.


                                                    Pechinas


Al exterior, sin embargo, toda sensación desaparece, convirtiéndose, con sus refuerzos, en una silueta pesada en la que la cúpula, sin tambor, queda medio oculta por sus sujeciones. Sólo los cuatro minaretes cilíndricos posteriores, cuando el templo fue reconvertido en mezquita, logran aliviar la pesantez.






En cuanto a las naves laterales se cubren con bóvedas de arista. Su participación en el conjunto del templo es bastante secundaria, quedando aisladas (al menos visualmente) de la gran sala central, con lo cual podemos hablar de un espacio centralizado, tal y como decíamos en la planta.




Junto al muro, el otro elemento sustentante son las columnas con capitel trepanado y coronado con cimacio, como es habitual en este arte y que pasará al islámico. 




                                                       


Extraído: Kostof,S. (1998).Historia de la Arquitectura.II. Ed. Alianza. Madrid.

Imágenes:http://seordelbiombo.blogspot.com.uy/2012/09/analisis-y-comentario-de-santa-sofia-de.html

El Portal Occidental de la Iglesia de Saint-Lazaire en Autun y las paradojas de la conciencia Medieval.








“El tímpano de la catedral de Autun encarna los aspectos esenciales de la mentalidad de los creyentes, revelando el carácter paradójico de la conciencia de los hombres de la época medieval. El “juicio final”, esculpido ahí por Gislebert, transmite el estado de los sentimientos y pensamientos del hombre del principio del siglo XII ante las “postrimerías”: la muerte., el juicio, el infierno y el paraíso.”

Aron I.Gurevich.

El tímpano de esta catedral tiene diferencias esenciales con respecto a otros de la misma época; en principio, Gislebert, firma la obra debajo de los pies de Cristo, cuestión poco común por los siglos XII y XIII.
La composición del Juico Final es un poco particular, pues hay una división del espacio diferente.

La enorme mandorla que envuelve la figura  de Cristo, divide al tímpano en dos partes iguales, a su mano derecha hay un grupo de apóstoles y más lejos están los elegidos de Dios, que se dirigen a la Jerusalén celestial. A su mano izquierda, está  representada la escena del pesaje por un arcángel y el infierno con diablos y el hocico del Leviatán.

A los pies de Cristo, hay una larga fila de figuras pequeñas: son las personas que salen  de las tumbas, que deben comparecer ante el juez.
 Hay diferentes escalas de tamaño, sobre todo entre las figuras pequeñas y la de los apóstoles, luego  cambia radicalmente a un tamaño inconmensurable Cristo, los santos y ángeles que rodean la mandorla.
Los apóstoles tienen su cuerpo alargado, cuestión criticada por varios estudiosos.

Según Gurevich: “Toda la escena del juicio produce una fortísima impresión.
Por contraste con una figura en reposo del juez, que ha separado ligeramente los brazos hacia los lados, todas las otras figuras aparecen quebradas por un movimiento tempestuoso; la fuente de ese movimiento es Cristo (…).”

Por lo insólito de esta escena, fue tapada con yeso en el siglo XVIII.

La discusión más grande, estriba en lo que señala Mâle:

” Los que han resucitado de entre los muertos ya están divididos en absueltos y condenados en el momento en que abandonan las tumbas. Eso se desprende de sus poses y gesticulaciones, de la expresión de sus rostros: los llenos de alegría y esperanza se colocan a la derecha de los pies de Cristo; los sumidos en desesperación, a la izquierda. Los malditos están agitados por el horror; sus cuerpos, retorcidos; la cabeza de uno de los rechazados por Dios es ceñida por las enormes garras del demonio, que recuerdan tenazas. La frontera entre el bien y el mal la marca un ángel con una espada en la mano, situado precisamente en medio de la hilera de los que se  levantaron de entre los muertos.”




Mâle señala que posiblemente Gisleber creía en la predestinación, pero es a su vez es bien discutido ya que sería una práctica condenada y herética.
A diferencia de las escenas del Juicio Final en otras iglesias, el paraíso y el infierno están representados por debajo de los que se levantan de las tumbas, en Autun está a la inversa ( el paraíso e infierno están arriba y los resucitados están por debajo de ambos).

Werckmeister da la siguiente interpretación de las inscripciones del tímpano:

”Cristo interviene en el papel de juez sólo con respecto a una parte de los resucitados, y ellos representan no la desesperación de los condenados, sino el miedo ante el juicio inminente y por eso se oponen a su propia resurrección, lo cuál es único en la iconografía del Juicio Final. En cambio, el júbilo de la otra parte de los que se levantaron de las tumbas es un testimonio de su condición de elegidos.”

En la inscripción que se refiere a los elegidos dice:

” Así resucitará todo el que no lleve una vida impía, y para él  alumbrará por siempre la luz del día.”



En la parte de los que fueron reprobados dice:

”Aterrorice aquí el terror a los que están ligados a los errores terrenales, porque el horror de estas representaciones significa que este será su destino.”






Estos mensajes están destinados al espectador y no a las figuras representadas en el tímpano. Todas las promesas como las amenazas están puestas en el Cristo juez, confirmado por lo que dice en la mandorla:

”Sólo yo juzgo a todos  y recompenso según los méritos, y quien transgredió será castigado por mi el juez.”

Gurevich, reflexiona sobre la escultura y añade que el cristiano portador de la conciencia terrestre no se daba cuenta  de cuándo se celebraría el Juicio Final, la iglesia le inculcaba que sería después de la venida de Cristo, en un futuro indefinido, cuando terminaría la historia terrenal del género humano. Pero al mismo tiempo, existía la dualidad de entender que los castigos y los premios deben seguir inmediatamente a los actos, por lo que también se pensaba que ese juicio llegaría a la hora de su muerte.

De todas maneras no está resuelto el tema, pero el autor nos dice que el tímpano refleja los pensamientos y sentimientos del hombre del siglo XII.


Gurevich,A. (2003).Entretextos: Revista Electrónica Semestral de Estudios Semióticos de la Cultura.El portal Occidental de la Iglesia de Saint-Lazaire en Autun y las paradojas de la conciencia Medieval.2.Universidad de Granada. España.



El arte de enseñar a través del arte: el valor didáctico de las imágenes románicas.





Durante la Edad Media las imágenes  son protagonistas dentro del proceso de enseñanza- aprendizaje que la iglesia impulsó, pues debían instruir los modelos de conducta y de fe que la iglesia consideraba necesario que fueran transmitidos a toda la sociedad.

Se confeccionó un sistema de coordenadas que daban  a entender sobre lo que era bueno y malo, por tanto, sometía a todos los que estaban bajo el dominio feudal, con la amenaza de condenación en el fuego eterno.

Surgía entonces una iglesia reforzada con el propósito de convertirse en el poder espiritual y terrenal. Gombrich la calificó como “Iglesia Militante”, ya que instrumentalizó las artes pláticas, confiriéndoles una función pedagógica y se aventuró a representarlas en la puerta de cada iglesia, recurriendo al poder de convicción que confiere lo tangible para el pueblo. Esculturas y pinturas, labraban y dibujaban lo esencial de la doctrina cristiana.

Al respecto, André Grabar afirma en su libro, “Las vías de la creación en la iconografía cristiana” (1988), lo siguiente:

“Durante la Edad Media, la iconografía cristiana fue un apreciado medio de expresar las cosas de la fe, un medio al que constantemente se recurría y que intervenía, a menudo de modo importante, en la vida de las gentes. No resulta exagerado, que durante la Edad Media, la enseñanza de la religión se llevó a cabo de forma audiovisual.”

 La imagen entonces se convirtió en un medio didáctico, fundamentada en la reverencia a la divinidad y en la pérdida del individuo en el conjunto o grupo, siendo incapaz de intelectualizar su fe per sé.

La iconografía cristiana y la Defensa de las imágenes.

La iniciativa de la iconografía cristiana se produce en la época de Constantino, pero en el siglo V, el papa Gregorio el Grande, definía el papel de la imagen cristiana, que resultó determinante para el mundo de lengua latina, ”Pictura est laicorum literatura” ( la imagen es la escritura de los iletrados). Afirmando así el papel pedagógico de la imagen cristiana frente a las corrientes iconoclastas.

Según las autoras:”En las paredes de los santuarios latinos, se rememoraban acontecimientos evangélicos, acompañándolos de inscripciones llamadas tituli; que servían de exégesis de las escenas representadas.” (Pág.232)
En el año 726 Juan Damaceno, reflejaba su sentir al ver las imágenes:

” Cuando no tengo libros, o mis pensamientos me torturan, me voy a la iglesia que es asilo abierto a todas las enfermedades del alma. Las pinturas atraen mi mirada, cautivan mi vista, así insensiblemente llevan mi alma a alabar a Dios.”

San Gregorio, defiende el hecho de que las imágenes estén en la iglesia, no para ser veneradas, sino para instruir las mentes de los ignorantes.
La iglesia occidental creó una nueva manera de representación, ya no se basarán en la percepción visual ni a la determinación del tamaño según la distancia del objeto, sucederá un nuevo canon o escala, la del tamaño espiritual, según la cual, la proporción de los objetos aumenta o disminuye en relación directa con su cercanía con la divinidad. Desaparece la imitación de la realidad visible, a favor de que lo representado  sea más inteligible que sensible, de los dogmas de la fe.

Estas imágenes estaban dirigidas a dos grupos de la sociedad feudal y entonces la iglesia debía imponerse sobre las relaciones feudales –vasalláticas (caballeros y “laboratores”), que junto a los clérigos conformaban el orden social tripartito.

El Todopoderoso, Señor de señores y la imagen que de él se proyecta a los hombres es la autoridad feudal, de la que todos somos sus vasallos.
El Cristo del románico no proviene de los Evangelios sino del Apocalipsis; es pues, un Dios que castiga desde su trono, rodeado de sus vasallos. Su poder es revelado al campesino como el del señor de su tenencia y al caballero como el de su señor feudal, por lo tanto todos le deben adoración.

Es un Dios justiciero, por lo cual las imágenes que predominan son Dios en el trono, rodeado por veinticuatro ancianos. Mediante el temor al juicio final, la iglesia hizo alianza con los hombres, para que los santos intercedieran por ellos ante el Juez. Esto ayudó a que surgieran los movimientos de peregrinación y adoración a las reliquias, además de impulsar las donaciones y las limosnas para facilitarse el futuro perdón.

En contrapartida, no todos los estudiosos del arte medieval defienden que la imagen tuviera un valor didáctico-religioso, como se recoge en  el artículo publicado por Meyer Schapiro, con él título:”Sobre la actitud estética en el arte románico,” donde recoge la diatriba que San Bernardo dedica al abad Guillermo de San Thierry (1124-1125), en ella advierte sobre las esculturas que están en el claustro y tientan a la concupiscencia de los ojos. Este estudioso aborda el tema, en el sentido de que la imagen sólo era usada si resultaba útil o devocional. Las autoras rechazan esta idea diciendo que en realidad San Bernardo se expresaba con respecto a la falta de decoro y no a la prohibición de imágenes.

También se refieren a que San Bernardo pensaba que esas esculturas hermosas no debían estar delante del flujo de mucha gente porque se deterioraban o se ensuciaban y esto no era agradable para un símbolo de santidad.

Por otro lado, las imágenes monstruosas, pertenecen al círculo temático cristiano como personificaciones del mal y del infierno, siendo de todos modos parte del plan de salvación.
En el Medioevo se configuró entonces un sistema de coordenadas que determinaba o no la entrada al paraíso, ese era el fin último.

François Villón describe en unos versos el impacto que tuvieron estas imágenes  en su madre:

“Soy una mujer, vieja y pobre,
Ignorante del todo; no puedo leer,
En la iglesia de mi pueblo me muestran
Un paraíso pintado, con arpas,
Y un infierno, donde hierven las almas de los condenados;
El uno me alegra, me horroriza el otro.”


San lázaro de Autun


Extraído: Muñoz, L y Ruiz, G. (2003).El arte de enseñar a través del arte: el valor didáctico de las imágenes románicas. Educatio Siglo XXI.nº20-21.Facultad de Educación .Universidad de Murcia.pp.227-244.


Tuesday, November 24, 2015

El llanto ante el Cristo Muerto. Giotto.




Autor: Giotto di Bondone

 Fecha: 1267-1337. 

Tipo de obra: Pintura al fresco: 200 x 185 cm. 

Lugar: Capilla Scrovegni. Padua. Italia. 

 La pintura está situada en la pared izquierda, piso3º, escena 36. 

Iconografía:


El tema del "Llanto del Cristo Muerto" se sitúa entre el descendimiento de la cruz y el entierro de Cristo, esta escena no aparece relatada en los evangelios y surge en el siglo XII ligada a las meditaciones de los místicos.

El artista coloca a la Virgen abrazando a Jesús, Magdalena a los pies y San Juan gesticulante de pie; completan la escena las santas mujeres y José de Arimatea y Nicodemo.

 En la zona superior aparecen ángeles que participan del dolor general; el momento tiene lugar en un marco natural.

Comentario técnico y valoración estética:

La composición está determinada por el cuerpo de Cristo, que es el centro iconográfico aunque no coincide con el centro físico, lo cual es en cierta forma una ruptura con la habitual simetría y frontalidad medieval.

Hay un predominio en el cuadrante inferior izquierdo.

Entre ambos grupos hay un espacio vacío y un elemento material, una montaña, que separa y une a la vez los dos mundos, por lo tanto la escena se divide en dos rectángulos unidos por un triángulo en el medio, dibujado por la colina.

En el rectángulo inferior, observamos una disposición escalonada de los personajes en tres planos de altura diferenciados.

1º-las posturas sedentes
2º- la virgen y la santa mujer que toma la mano de Cristo.
3º-las figuras erguidas o ligeramente inclinadas cierran el rectángulo.

 Con este escalonamiento Giotto pretende darle profundidad y así, rompe con el gótico, entrando en el prerrenacimiento al no disponer  figuras alineadas, sino en distintas actitudes, de modo que el primer plano no obstaculice ver a las demás.

 El tamaño  de los personajes es natural y lógico, abandonando el hacerlas de distintos tamaños y en forma de  jerarquización, como en  la época medieval.

Para lograr mayor sensación espacial sitúa a dos personajes de espalda en el primer plano, contribuyendo a la ruptura de la frontalidad y les da a su vez volúmen.

Sin embargo los ángeles del rectángulo superior, aunque se presentan en tres planos, tienen una disposición medieval, con volúmenes superpuestos sobre un fondo plano.

El pintor tiene presente las líneas rectas y curvas.

Existe una directriz que recorre toda la escena y también está la oblicuidad que  es patente en la colocación de las figuras que deben mirar al Cristo.

Los ángeles aparecen como en líneas zigzagueantes por las posiciones de ellos.

A la derecha de la escena domina la  línea vertical por José de Arimatea y Nicodemo que termina en un árbol; junto a ello, la verticalidad del ropaje en sus pliegues sigue el mismo ritmo.


 La ejecución presenta una línea de dibujo firme y seguro, con las que delimita los rasgos fundamentales.

 La línea tiene tiene un volúmen conseguido a base del color, con distintas tonalidades presentando así la luz y la sombra, lo que se aprecia en los ropajes de sus pliegues.

En líneas generales, esto supone un tratamiento nuevo de la luz y el color, aunque todavía quedan técnicas medievales sobre todo, con la utilización del dorado en los remates de las túnicas y sobre todo en los nimbos. 


Extraído de:AAVV.Trabajos prácticos de Arte. Una Visión Integradora. De Grecia al Gótico. Ed.Akal. Madrid.(1991).


La Pintura Gótica Italiana del Trecento. Giotto.

La pintura gótica italiana partirá de los progresos logrados en el siglo XIII, fundamentalmente en Florencia y en Roma.

El avance más importante será la creación del "espacio pictórico", entendiendo por tal, un ámbito aparentemente tridimensional, integrado por cuerpos e interticios, que aparecen extenderse indefinidamente por detrás de la superficie pintada, objetivamente bidimensional."Precisamente en la solución de este problema radica el gran valor prerrenacentista de las tres grandes escuelas del Trecento italiano" cuyo máximo representante es Giotto. 

A lo largo de su vida, Giotto trabajó para las altas jerarquías, tanto laicas como eclesiásticas, entre ellos destaca el Papa Bonifacio VIII, la orden franciscana, el rey de Nápoles Roberto de Anjou, banqueros florentinos y el señor de Padua Enrico Scrovegni.

Según varios críticos de la pintura señalan que Giotto inicia la pintura moderna y centran esa modernidad  en que toma como modelo y maestra a la naturaleza e introduce las adecuadas proporciones y las formas inspiradas en el estudio del natural.

Vasari escribió: "Llegó a ser tan buen imitador de la naturaleza que desterró la ruda manera bizantina y resucitó el moderno y buen arte de la pintura, introduciendo el retratar exactamente del natural a personas vivas; lo cual más de doscientos años que no se estilaba..." (pág 308).

Para  algunos, lo que caracterizaba a Giotto es su fuerza de expresión, distinguiendo las emociones con el gesto de las figuras, para otros es la manera de conseguir volúmen, realidad, "tactibilidad", formas que llenan espacio; en Giotto se aprecia algo estéticamente corpóreo y tangible.La monumentalidad de sus figuras y su intento de conquistar el espacio anuncian una nueva época.

La Capilla Scrovegni



Conocida también como la Capilla de la Arena, debido a la proximidad 
del anfiteatro romano y está dedicada a la Virgen de la Anunciación.

En 1300 Enrico Scrovegni compró el terreno de la Arena para levantar su palacio( hoy desaparecido) con una capilla adjunta, se dice que para hacer perdonar los pecados de su padre donde Dante  sitúa en el infierno entre los usureros.Enrico, le encargó a Giotto la pintura de la capilla aunque dicen que tuvo que ver también con la arquitectura.


Técnica.

Emplea el fresco, con retoque al temple o al secco fresco.

Primero cubrió la pared con argamasa gruesa y espesa de cal y arena (arriccio), después dibujó sobre la argamasa (sinopia), luego aplicó una capa lisa (intonaco) sobre la que se repasa los contornos, finalmente procedió a la pintura de las distintas escenas; el orden habitual de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo.

Hegel habla de la preparación de colores y la técnica que usa Giotto:

"(...) inauguró un procedimiento consistente en batir los colores con el jugo clasificado de yemas de arbustos, de higos verdes y otras sustancias menos oleosas que tal vez al comienzo de la Edad Media, emplearon ya los pintores italianos antes de entregarse a la estricta imitación de los bizantinos...Estos medios de ligar no sólo no oscurecían los colores, sino que, por el contrario, los hacían más claros y vivos." (pág 310)

Ordenamiento de la decoración :




Bóveda:

I-Virgen con el niño
II- Malaquías
III-Isaías
IV-Daniel
V- Baruc
VI- Cristo bendiciendo
VII-Profeta
VIII-Profeta
IX-San Juan Bautista.
X- Profeta

Nave:

1-Expulsión de Joaquín del templo.
2-El retiro de Joaquín entre los pastores
3-El anuncio de Santa Ana.
4-El sacrificio de Joaquín.
5-El sueño de Joaquín.
6-El encuentro de Ana y Joaquín en la puerta Áurea.
7-La natividad de la Virgen.
8-La presentación de María en el templo.
9-La entrega de las varas
10-La oración por el florecimiento de las varas.
11-Los desposorios de María y José.
12-Cortejo nupcial.

Arco del triunfo:

13- El encargo del anuncio a María.
14- Ángel de la Anunciación.
15- Virgen de la Anunciación
16- La visitación 

Nave:

17-Natividad de Jesús y anuncio a los pastores.
18-Adoración de los Magos.
19-Presentación de Jesús en el templo.
20-Huída a Egipto.
21-Matanza de los inocentes.
22-Jesús entre los doctores.
23-El Bautismo de Cristo.
24-Bodas de Caná.
25-Resurrección de Lázaro.
26-Entrada en Jerusalén.
27-La expulsión de los mercaderes del templo.

Arco triunfal:

28- Traición de Judas.

Nave:

29-La última cena
30-El lavatorio
31-El beso de Judas
32-Jesús ante Caifás.
33-La flagelación.
34-Subida al calvario.
35-Crucifixión
36-El llanto ante el Cristo muerto.
37-La resurrección.
38-La ascensión
39-Pentecostes.

Arco triunfal:

40 y 41- Los "corrillos".

Nave:

42-La prudencia.
43-La Fortaleza.
44-La templanza
45-La justicia.
46-La fe.
47-La caridad.
48-La Esperanza.
49-La desesperación.
50-La envidia.
51-La infidelidad.
52-La injusticia.
53-La ira.
54-La inconstancia.
55-La necedad.

Muro de los pies o de ingreso.

56-Juicio Final.

Iconografía:

Los frescos cubren la única nave de la capilla, los muros laterales y el arco triunfal con los principales episodios de la vida de María y Cristo, precedidos por los padres de María, Joaquín y Ana; desde el medio cañón de la bóveda, convertida en bóveda celeste, están los bustos del Salvador y de la Virgen con el niño, rodeados de Profetas; el muro de ingreso tiene el Juicio Final.

La decoración de las paredes tiene cuatro pisos sobre un zócalo de mármol. Cada piso se compartimenta en recuadros de 2m por 1.85m, separados entre sí,por otros de 0,60 m por 0,55 m.

En el primer episodio del lado derecho están situadas la vida de San Joaquín y Santa Ana, en la pared opuesta seis escenas de la vida de la Virgen y en el muro frontal, la Anunciación.

En el muro derecho, en el segundo piso, hay cinco recuadros sobre la infancia de Jesús y a la izquierda, seis de su vida y milagros.

En el tercer piso, hay cinco a la derecha y seis recuadros a la izquierda, con la Pasión y resurrección de Cristo.

En el cuarto, se hallan a la derecha las siete virtudes y en el muro de la izquierda el correspondiente vicio.


Extraído de:AAVV.Trabajos prácticos de Arte. Una Visión Integradora. De Grecia al Gótico. Ed.Akal. Madrid.(1991).






  Material para comenzar las clases de economía ¿ Qué es la Economía?