Autor: Giotto di Bondone
Fecha: 1267-1337.
Tipo de obra: Pintura al fresco: 200 x 185 cm.
Lugar: Capilla Scrovegni. Padua. Italia.
La pintura está situada en la pared izquierda, piso3º, escena 36.
Iconografía:
El artista coloca a la Virgen abrazando a Jesús, Magdalena a los pies y San Juan gesticulante de pie; completan la escena las santas mujeres y José de Arimatea y Nicodemo.
En la zona superior aparecen ángeles que participan del dolor general; el momento tiene lugar en un marco natural.
Comentario técnico y valoración estética:
La composición está determinada por el cuerpo de Cristo, que es el centro iconográfico aunque no coincide con el centro físico, lo cual es en cierta forma una ruptura con la habitual simetría y frontalidad medieval.
Hay un predominio en el cuadrante inferior izquierdo.
Entre ambos grupos hay un espacio vacío y un elemento material, una montaña, que separa y une a la vez los dos mundos, por lo tanto la escena se divide en dos rectángulos unidos por un triángulo en el medio, dibujado por la colina.
En el rectángulo inferior, observamos una disposición escalonada de los personajes en tres planos de altura diferenciados.
1º-las posturas sedentes
2º- la virgen y la santa mujer que toma la mano de Cristo.
3º-las figuras erguidas o ligeramente inclinadas cierran el rectángulo.
Con este escalonamiento Giotto pretende darle profundidad y así, rompe con el gótico, entrando en el prerrenacimiento al no disponer figuras alineadas, sino en distintas actitudes, de modo que el primer plano no obstaculice ver a las demás.
El tamaño de los personajes es natural y lógico, abandonando el hacerlas de distintos tamaños y en forma de jerarquización, como en la época medieval.
Para lograr mayor sensación espacial sitúa a dos personajes de espalda en el primer plano, contribuyendo a la ruptura de la frontalidad y les da a su vez volúmen.
Sin embargo los ángeles del rectángulo superior, aunque se presentan en tres planos, tienen una disposición medieval, con volúmenes superpuestos sobre un fondo plano.
El pintor tiene presente las líneas rectas y curvas.
Existe una directriz que recorre toda la escena y también está la oblicuidad que es patente en la colocación de las figuras que deben mirar al Cristo.
Los ángeles aparecen como en líneas zigzagueantes por las posiciones de ellos.
A la derecha de la escena domina la línea vertical por José de Arimatea y Nicodemo que termina en un árbol; junto a ello, la verticalidad del ropaje en sus pliegues sigue el mismo ritmo.
La ejecución presenta una línea de dibujo firme y seguro, con las que delimita los rasgos fundamentales.
La línea tiene tiene un volúmen conseguido a base del color, con distintas tonalidades presentando así la luz y la sombra, lo que se aprecia en los ropajes de sus pliegues.
En líneas generales, esto supone un tratamiento nuevo de la luz y el color, aunque todavía quedan técnicas medievales sobre todo, con la utilización del dorado en los remates de las túnicas y sobre todo en los nimbos.
Extraído de:AAVV.Trabajos prácticos de Arte. Una Visión Integradora. De Grecia al Gótico. Ed.Akal. Madrid.(1991).
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