Nacido en 1404, se
preocupó por el ritmo y la exactitud de
las proporciones, con él vuelve la columna a tener función decorativa, los
arcos descansarán sobre pilastras y los vanos se distribuirán rítmicamente,
proporcionado al conjunto una estructura maciza y grandiosa. La cúpula es
empleada en todos sus edificios. Su primera obra es Maletesta,
en Rimini dedicado a la célebre Isotta proyectado en 1449, debìa tener una
cúpula y la fachada adopta la forma de un gran arco de triunfo. En la
planta difiere con Bruneleschi, la concibe como una sala con capillas a los
lados. De la misma época es el Palacio
Rucellai (1446-1451), tipo característico del gran palacio humanístico con
la superposición de órdenes en la fachada y puerta adintelada y ventanas con
arcos sobre arquitrabe.
En Santa María Novella (1450-1470) crea el tipo que ha de dar origen a
la fachada barroca, ligando el frontón central con las naves laterales por
medio de una doble voluta.
En la iglesia de San Andrés de Matua (1470) crea el tipo
que influirá en la iglesia barroca jesuítica, con su disposición de una sola
nave, con arcos sobre pilares que dan acceso a las capillas laterales y crucero
con cúpula.
Entre los discípulos se
encuentran: Bernardo Gambardelli (1409-1464), Agostino di Duccio (1418-1498) y
Francisco Laurana (1420-1479).
El Templo Malatestiano
(en italiano: Tempio Malatestiano), llamado
así por ser el templo de la familia Malatesta, es la catedral de Rímini, Italia. Oficialmente lleva el título de San
Francisco, pero coge el nombre de Segismundo Pandolfo Malatesta, quien encargó la construcción de este edificio al
arquitecto renacentista León Battista Alberti por el año 1450.
Originalmente
la iglesia de San Francisco era un templo gótico. En el mismo lugar está
documentada la existencia de otra iglesia llamada Santa María in Trivio,
referenciada desde el siglo IX. La iglesia original tenía una planta rectangular,
sin capillas laterales, y con una única nave con tres ábsides. El central
probablemente estaba decorado con un fresco realizado por Giotto. Este
artista es también el autor de un crucifijo que en la actualidad se encuentra
en el ábside derecho.
Palacio Rucellai, una arquitectura
renacentista ubicada en Florencia, Italia.
En cuanto a su fachada, ésta presenta un color marrón. Está realizada con mampostería de arenisca,un material pobre. Se encuentra estructurada en tres pisos: En el piso inferior encontramos pilastras de orden toscano que dividen la superficie en espacios en los que se abren las dos portadas. Los arcos de los vanos que se alinean en vertical con las puertas son ligeramente más amplios que los otros y están además rematados por los escudos elegantemente esculpidos sobre las ventanas del primer piso. El primer y el segundo piso cuentan con pilastras de orden jónico y corintio, entre ellas aparecen ventanas con parteluz enmarcadas en arco de medio punto. Los tres órdenes hacen pensar de modo bastante claro en la estructura del Coliseo de Roma. La parte superior del palacio está rematada por una cornisa que sobresale poco. También la mampostería con conchas se inspira en la arquitectura romana, como en el motivo de la basa imitando el opus reticulatum.
En cuanto a su fachada, ésta presenta un color marrón. Está realizada con mampostería de arenisca,un material pobre. Se encuentra estructurada en tres pisos: En el piso inferior encontramos pilastras de orden toscano que dividen la superficie en espacios en los que se abren las dos portadas. Los arcos de los vanos que se alinean en vertical con las puertas son ligeramente más amplios que los otros y están además rematados por los escudos elegantemente esculpidos sobre las ventanas del primer piso. El primer y el segundo piso cuentan con pilastras de orden jónico y corintio, entre ellas aparecen ventanas con parteluz enmarcadas en arco de medio punto. Los tres órdenes hacen pensar de modo bastante claro en la estructura del Coliseo de Roma. La parte superior del palacio está rematada por una cornisa que sobresale poco. También la mampostería con conchas se inspira en la arquitectura romana, como en el motivo de la basa imitando el opus reticulatum.
Sobre el interior
podemos decir que la distribución del conjunto partía del tradicional palacio
florentino, el patio estaba planteado como un espacio porticado con columnas de
orden corintio que respetan la posición de las pilastras exteriores de la
planta baja, en su interior debían convivir el ámbito residencial y el laboral.
En esta arquitectura
encontramos que la belleza de las proporciones se antepone a la ostentación.
Esta obra está
encuadrada dentro del periodo cultural del Renacimiento. En este periodo se
vuelve a los ideales clásicos y el Humanismo adquiere un gran valor y
simbolismo. Dentro de la cronología de este periodo, esta obra la podemos
ubicar dentro del Quattrocento, que se inicia con la difusión del humanismo,
sobre todo en la corte florentina, con los Médicis.
El palacio fue
construido entre 1446 y 1451 por Bernardo Rossellino, siguiendo un diseño de
Leon Battista Alberti. La fachada se terminó cuando ya estaba terminado todo el
interior hacia 1465. Fue encargado por Giovanni Rucellai, miembro destacado de
la familia Rucellai; el palacio urbano era el tipo de vivienda de la rica
aristocracia financiera y comercial de Italia desde el siglo XIII. El años
clave de Alberti fue el 1434, cuando viajó a Florencia y sintió la influencia
de la ciudad en él.
Estudió a Vitrubio
acerca de antigüedad y lo contrastó con las ruinas in
situ y comprobó que
había numerosas contradicciones acerca de la proporción, fue capaz de
desarrollar un nuevo sistema de proporciones coherentes. Alberti no solo
destacó en la arquitectura, destacó como atleta, dramaturgo, organista, pintor
y estudioso de las matemáticas y la física. La principal contribución al arte
del humanista Alberti son sus estudios y escritos recopilados en tratados donde
se recogen las teorías artísticas del momento.
En las fuentes
clásicas buscó la perfección, la armonía y la belleza. Durante años estudió y
midió los monumentos romanos, que le seducían especialmente, y de ellos extrajo
las leyes sobre las proporciones y la perspectiva que plasmó en sus tratados
dedicados a la pintura, la arquitectura y la escultura.
Santa María Novella
La fachada
de mármol se encuentra entre las obras más importantes del Renacimiento florentino. Se finalizó en 1480. La primera
intervención se realizó en 1350, cuando la zona fue recubierta de mármol blanco
y verde gracias al mecenazgo de una tal Torino Del fu Baldese, muerto un año
antes. De esa época datan los seis nichos de las dos portadas laterales, de
estilo gótico, así como la ornamentación de mármol a recuadros. En uno de esos
nichos Giovanni Boccaccio ambientó uno de sus relatos del Decamerón (VIII 9). Los nichos continuaron a lo
largo de la pared oriental externa de la iglesia y alrededor del recinto del
cementerio. En uno de ellos está enterrado el pintor Domenico Ghirlandaio.
Por encargo
de la familia Rucellai Leon Battista Alberti, diseñó la gran puerta
central, los frisos y el complemento superior de la fachada, en mármol blanco y
verde oscuro (se terminó en 1470). Alberti armonizó
los elementos previos góticos con los nuevos, puramente renacentistas. Las
incrustaciones bicolores se inspiran en el románico florentino, en concreto en
la basílica de San Miniato al Monte. Alberti también ideó las
dos volutas que permiten salvar la distancia existente entre la nave central y las
laterales. La voluta de la derecha fue recubierta de mármol en 1920
Elementos
La fachada
consta de dos volutas que unen el cuerpo central con los laterales, dando así
proporción y armonía a la obra, que al fin y al cabo, es la característica
principal del renacimiento. El empleo de un frontón clásico es otro elemento tomado del repertorio
ofrecido por la antigüedad, repertorio que Alberti re-elaboró siempre con gran
libertad. La relación armónica entre el ancho cuerpo inferior y el mucho más
estrecho cuerpo superior de esta fachada, la resolvió el arquitecto con las dos volutas ya mencionadas, motivo de gran
repercusión en la arquitectura religiosa del siglo XVI.
Para
Alberti, las formas geométricas simples, impulsan a meditar sobre las verdades
de la fe, idea que participa de las corrientes
estéticas neoplatónicas dominantes
en la cultura florentina, ya que demuestra cómo las formas visibles son
portadores de significaciones ideológicas precisas y porque la incrustación
geométrica realiza el ideal de la reducción de la forma al puro
"diseño". La fachada tiene un arco de medio punto característico de
la arquitectura clásica. En el semicírculo delimitado por los capiteles de las
pilastras y el arco de medio punto, hay representada una moldura con una escena religiosa, como se
aprecia en la foto adjunta.
Al mismo
tiempo, la combinación de rectángulos y los materiales empleados, de acuerdo
con la tradición medieval florentina, prestan particular belleza al conjunto.
Se recuperan las superficies con incrustaciones geométricas del románico
florentino, de San Miniato por ejemplo, pensando quizás que el románico
florentino era la última expresión o la primera joya renacida de lo
"clásico". Pero elabora el tema románico a partir de los principios, deducidos
de Vitruvio,
de la composición modular, asumiendo como módulo compositivo el cuadrado. Se
puede apreciar la intención de resaltar la portada de
la iglesia por la colocación de múltiples elementos decorativos:
·
Pilastras que dan estética y proporción al
espacio ocupado por el portón.
·
El arco de medio punto que le da estabilidad y lo dota de
armonía y belleza.
·
La colocación de
molduras de color marrón oscuro con formas irregulares alrededor del portón
consigue contrastarlo con las otras formas ya mencionadas.
·
La colocación final de
dos grandes pilastras de mármol verde y capitel corintio encuadra todo los recursos decorativos
de la portada al conjunto de la fachada.
·
Cerca de la base de la fachada se encuentran diversos arcos apuntados
adornados con mármol blanco y rojo alternativamente. Esto
hace a la obra más proporcionada, ya que si no existieran dichos arcos, la obra
quedaría similar a un bloque gigantesco de mármol, de esta forma, se consigue
hacer a la obra más proporcionada, más humana.
·
En la cumbre tenemos
una cruz latina hecha de un núcleo de hierro y
recubierta de oro puro.
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